Noche
Busco entre la penumbra la voz que me nombra.
La noche sigue mis pasos sin ritmo ni opresión.
Todo engendra oscuros contornos a mi alrededor.
Es ella, que extiende sus alas negras,
es ella, que me agobia con su presencia.
La noche adormece mi vivir.
Envuelve mi cuerpo con mortajas de dolor.
Y tritura mis deseos en un molino pedregoso
que desanda mis ilusiones.
La noche me persigue con su guadaña cruel
y me empuja hacia el abismo.
Pero araño con garra afilada la roca de la vida,
que me retiene una y otra vez.
Y busco la Palabra.
Sólo ella podrá salvarme.
La palabra que me nombra y que te llama.
La palabra que nos une en un perpetuo deambular.
Busco el Verbo.
Y soy.
La noche se desploma.
Sabe que sólo podrá tenerme
cuando se acalle mi voz.
Cuando la palabra muera.
Cuando el verbo ya no sea.
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