Fuerza vital
- ¡Nunca vi algo así doctor! –Dijo la enfermera- ¡Convénzala por favor, la tenemos que bañar! El doctor se dirigió a la sala donde ingresaron a la mujer esa fría noche. No había entendido muy bien lo que le decía la enfermera, así que la iba a examinar. La enfermera lo siguió. Quería ver la cara del médico cuando se acercara a la muchacha, a ver si él alguna vez había atendido a alguien así. En la funda blanca y desinfectada de la almohada se movía con toda libertad un pelotón de piojos mientras otros iban y venían por la cabeza de la joven muchacha. Su cabello era una maraña oscura y pastosa. Hacía largo tiempo que no sabía lo que era un buen chapuzón. Su cuerpo despedía un olor rancio. Su rostro dormido, quemado por el sol y la mala vida, era simplemente bello. El hombre que la cuidaba dormitaba en una silla. Se puso de pie de un salto cuando entró el doctor y se acercó a la cama, en signo de protección. El médico se aproximó para examinar a la paciente, pero ante su calamitoso esta