GLICINAS
Por la galería celeste de las glicinas, me lleva ondulante marejada de verdadero amor. Lluvia que llueve y no llueve, racimos de húmedo olor, que se cuelan por las rejas entre el verde camaleón. Aromas de grata infancia desbordan el pasillo en flor y se filtran los recuerdos en cascadas de ilusión.