FUEGO Y DESEO
La brisa juega con el río ondulando el reflejo del sol sobre el agua. El calor abrasa la tarde en la orilla y la arena se pega a mi cuerpo por la transpiración. Quema fuego y deseo mi piel de canela donde los azahares de tu huerta riegan con sus estambres fecundos sus dulzores de amor en espera. El ritmo de mi sangre resuena por mi cuerpo y silba en mis sienes pífano antiguo augurando una acalorada batalla. Busco una señal en el susurro de las hojas de los camalotes que bordean el río y crujen bajo el peso de tus pies mojados. Me buscas. Tus huellas se marcan en la arena hasta que las borra el agua que viene y va. Vuelan las garzas asustadas. Callan las ranas su serenata. Los peces huyen hacia lo insondable de su mundo. Vienes a mí y desato el fuego de la hoguera despierto a la serpiente astuta tomo el fruto prohibido destierro de mi piel la candidez amordazo la voz de la conciencia. abro el portal secreto de la lujuria destruyo los muros del orgullo Vienes a mí y te espero ret