AMANTE
Aunque la arranque, mi piel reverdece porque mi existencia bebe tu linaje. Mi herida sangrante se consuela con luz de luna y miel de los panales. Tus aguas me retienen entre orillas, fresco regocijo de puñales. Danzantes, resplandecen por mi cuerpo y en sutil caricia me enloquecen. Subsisto por tus suaves devenires que calman los ardores del deseo mientras penetra en mí su lanza ubicua el dios oscuro de las profundidades. Un manto fangoso me cubre con ternura sabiendo a peces y líquido misterio. Devienen tus olas en ensueños, artesano tallador del alma mía. Cae mi máscara, caracola indecente, por el torrente ensordecedor de tus caudales. Mi voz se pierde como efímero lamento cantando mi serenata a las estrellas. Señor de mis mañanas y mis noches sostén mi mano que voy a la deriva. Refresca mi sangre en tu letanía, soy tu amante, tu adoradora, tu elegida. María Laura Ruggia