Para Elvira Por Marisa Firmani Fue el domingo de estrellas rojas que comprendiste que tu tiempo aquí, terminaba. Te ibas, bendecida por tu fe, a emprender un camino de bondades misericordiosas. Impecablemente atravesaste la vida y sus circunstancias y ahora lo callas en tu última mirada enamorada. Migraron de tu patio los pájaros en ese día enternecido, en que el sol acompañaba abrigándonos a todos en tu despedida porque el espacio que dejabas sobre esta tierra ya estaba brotado por grandes flores de estrellas federales que te harán sonreír. Te fuiste en la mejor etapa de tu vida dejándonos en paz y justicia… Tú sí que creías que nos iluminaban tus flores rojas.
LIBRO: H UELLAS DE IDENTIDAD AUTOR: NICOLÁS LEGUIZAMÓN La identidad está constituida por una serie de rasgos particulares que diferencian a un individuo o grupo de individuos de los demás. Nuestra identidad individual se constituye a través de la cosmovisión e historia propia y de la influencia que ejerce sobre nosotros el contexto donde vivimos. Todo este conjunto de fuerzas nos moldea de tal modo que determina nuestros gustos, necesidades, prioridades y motiva nuestras acciones. Pero, ¿podemos encontrar en nuestra individualidad las huellas que han forjado nuestra forma de ser como sujetos y como sociedad? ¿Podemos recuperar el recorrido de las creencias, tradiciones, símbolos comportamientos, valores y orgullos que fueron cimentando lo que hoy somos y que compartimos los sanjavierinos, que nos genera un sentimiento tan fuerte de pertenencia a nuestro suelo? Nicolás lo ha intentado y lo ha logrado en su libro Huellas de Identidad. Huellas de identidad e...
Ella mira el río. El agua está calma y calma se desliza arrastrando con su ritmo el limo y los sedimentos. Todo lo lleva la corriente incansable por los recovecos de las barrancas y la sutil indolencia de las playas. Allá lejos, el misterio. La verde soledad enmarañada de las islas. La naturaleza se despereza eterna cada mañana en la plateada exuberancia de las olas que brillan con el sol y suspenden la quietud aleteando manantiales. Se arrodilla en el borde de su mundo y el mío. Los tiempos remotos se reflejan en el espejo del río. Fue ayer cuando esas aguas la llevaron hasta lo profundo de la historia. Fue ayer cuando su sangre mocoví corrió por este cauce enrojeciendo las escamas de los peces que acompañaron su cuerpo herido. Fue ayer cuando su fiel sabiduría su propia identidad, su nativo legado se diluyeron en el agua de la indiferencia y la condenaron al olvido. La vida pasa ...
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