AMORES
ahuyentan tiempos sombríos.
Vistiendo atuendos de carbón,
alegran la noche con sus cantares.
En el cielo nocturno,
las estrellas se ríen a carcajadas
de mis insomnes pensamientos.
Crece la trama
en el remanso de mis límites
al son de la oscura orquesta.
Músicos escondidos en las rendijas,
escapan de su destino efímero
para hacer oír el llamado del amor
solo un rato más.
Tú y yo lo sabemos…
Hay amores que duran
como música de grillos,
momentos nada más…
Y otros, como el nuestro,
toda la eternidad.
María Laura Ruggia
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